Margaret Craven: Oi Que Pronunciaba Mi Nombre

Cuando el joven vicario Mark Brian se dirige a la parroquia de Kingcome, pequeña comunidad de pescadores, no sabe que sólo le quedan tres años de vida. Al compartir las costumbres de los indios de esa remota región del Canadá, se convierte en testigo activo de sus rituales y creencias. Aprende que "el indio conoce su aldea, y siente por ella lo que ningún blanco siente por su país. Los mitos son, además de la aldea, los salmones que remontan el río para desovar, el pájaro que habla, la lechuza que nombra al que va a morir..."
En este escenario de mentalidad primitiva, extraterrenal, se reconcilian dos culturas y dos religiones diferentes, pues Mark trasmite su fe y su bondad a los indios, recibiendo de éstos, por su parte, toda la riqueza espiritual del estoicismo de la raza nativa, que se extingue paulatina e irremediablemente.
Oí que pronunciaba mi nombre, refleja la ternura de que es capaz un ser humano, con delicada comprensión. Por la belleza de su estilo simple, este libro de Margaret Craven ha adquirido el carácter de una fábula clásica, en la literatura contemporánea.